miércoles, 9 de mayo de 2012

Miércoles musicales (2): Death Cab for Cutie

Nuevamente, tras mucho tiempo sin vernos (¿Leernos?), vengo con un nuevo Miércoles Musical.

El grupo del que os hablaré hoy es Death Cab for Cutie, cuatro chicos americanos que tocan rock alternativo.
Los conocí gracias a un amigo ruso que había posteado una canción suya en el muro de su vkontakte.

La trayectoria de esta banda en el mundillo comenzó hace ya más de una década, en 1997, como un proyecto personal de Ben Gibbard (su guitarrista).
Desde entonces, han publicado ya siete álbumes de estudio: Something about airplanes (1998), We have the facts and we're voting yes (2000), The photo album (2001), Transatlanticism (2003), Plans (2005), Narrow stairs (2008) y Codes and keys (2011).



I will follow you into the dark es la canción que tenía mi amigo y, por lo tanto, la primera que escuché de esta banda americana. Durante mucho tiempo me tuvo completamente obsesionada y durante mi carrera literaria me ha inspirado muchísimo (con Bienvenido, cielo gris es una pasada).

Otra canción del mismo disco (para mí el mejor que han sacado, junto con Narrow stairs). Se trata de Someday you will be loved y aunque ahora mucha gente la conoce por haber salido en una de las películas de la saga Crepúsculo (no tengo ni idea de en cuál; personalmente me quedé en la primera y gracias), ya tenía fans de antes.

sábado, 28 de abril de 2012

Tous les garçons et les filles




Mi vida tiene un tiempo límite. Bueno, todas lo tienen, pero rara vez nos damos cuenta. Yo lo hice por primera vez poco después de bajar del autobús que me llevaba desde mi casa junto al mar a la cafetería
Starbucks, en el centro de la ciudad.

El día era espléndido. El sol brillaba tímidamente desde su lugar en lo alto del cielo y soplaba una leve brisa que revolvía mis cabellos y mi falda de seda. Mi hermosa falda de seda comprada apenas una semana antes y estrenada aquella misma mañana para la que sería mi primera entrevista de trabajo. La misma falda de seda que mostraba mis piernas fuertes y delgadas por las que no dejaban de cuchichear dos muchachos sentados enfrente de mí. A medida que nos acercamos a mi parada, presioné con fuerza el botón rojo de
stop y les dirigí una última mirada de desprecio. Luego las puertas se abrieron y caminé desairada- y en el fondo orgullosa- por las anchas calles de la avenida principal.

Al notar una ligera vibración bajo mis pies, estaba segura de que sería debido al largo tiempo que había permanecido en pie dentro del autobús, por lo que mi cuerpo aun no se había habituado a la 
 falta de movimiento. Continué caminando. La vibración se hizo mayor, tuve que agarrarme a un escaparate para mantener la estabilidad. “Será un terremoto, pues” pensé resoplando con molestia. Había olvidado el portafolio con todos los bocetos de mis diseños en Starbucks, así que había tenido que desplazarme desde mi casa hasta el centro de nuevo. “¡Si al menos no tuviese tan mala memoria, habría cogido el terremoto en la tranquilidad de mi habitación y no aquí, en esta situación tan inoportuna!” protesté para mis adentros, repitiendo todos los pasos a seguir en caso de seísmo, tan fehacientemente memorizados desde mi niñez.  
 La tierra del Sendai, en la prefectura de Miyagi, constantemente sufre de temblores, por lo que para mí aquello podía llegar hasta a ser comparable a un trámite ocioso. Las personas a mi alrededor, apiñadas en la bulliciosa avenida, tampoco se mostraban especialmente agitadas. Situaciones semejantes son habituales en Japón, no nos preocupaba. “¡Vaya fastidio, más vale que ningún amigo de lo ajeno se haya hecho con mi portafolio a estas alturas!” fue lo último que pensé antes de cambiar de idea drásticamente. El seísmo, lejos de desaparecer, atacó con más fuerza, removió el subsuelo aun con más intensidad. Para cuando nos dimos cuenta de que aquel no era un terremoto como los anuales, ya era demasiado tarde: los edificios se desplazaban, el asfalto se resquebrajaba y las bombillas de las farolas estallaban. Nuestras construcciones, levantadas expresamente para soportar los movimientos de la tierra, caían como castillos de naipes en medio de aquel inesperado descontrol. Nadie mantenía la calma, el sonido de los cristales al romper se entrelazaba con los gritos de los niños asustados.
(adaptación)
Haiku para un hijo muerto
(Primer premio del XVII Concurso Literario de Camargo)

domingo, 22 de abril de 2012

Nowhere else

Allí estaba ella, sentada sobre su porche, abrazando firmemente su libro preferido. Bueno, en realidad no estaba muy segura de que realmente fuese su libro preferido, pero había escrito una cita de Harun Yahya en él. Debía ser importante. Pero no exageremos. Callit estaba dispuesta a aceptar cualquier argumento con tal de que aquel francés cabezota saliese de esa puerta de madera vieja y se manifestase. Daba igual lo que dijese, solo tenía que ser algo. En aquellos momentos, Callit habría matado por volver a escuchar ese Sucrez-me la bite, o la risa seca y contundente del muchacho. Quizá, incluso, estuviese loca de deseo por ser la destinataria de las mismas palabras que había rechazado: Je crois je t'aime un peu...
Nunca lo habría admitido porque su madre, Victor e incluso Angie estaban en lo cierto. Se había convertido en una chica de hielo. Y lo mejor que podía hacer, mientras aquel basto cielo azul cobalto se extendía y extendía ante ella, mientras la cálida brisa de las noches de verano se cernía sobre ella, era empezar a descongelarse. Porque Marcus se había ido, porque su padre estaba en la guerra, porque  Pete y Edward no iban a perdonarla nunca, porque Victor aun estaba ahí.




Corazón de mariposa

viernes, 20 de abril de 2012

I'm a writer ! (2): La documentación

Esta entrada tenía pensado publicarla el martes (por eso de hacerlo semanalmente y tal...), pero decididamente fue una mala idea fijar esta sección para un día en el que tengo clase por la tarde, así que en un futuro intentaré encargarme de ella los jueves-viernes.
Ya que antes tratamos los esquemas, hoy daremos un saltito al paso número dos que todo escritor debe tener en cuenta. Da igual que tu novela sea realista o fantástica, que se enmarque en tu ciudad o en la China, siempre deberías echar un vistazo a la web para hacerla lo más creíble posible. Evidentemente, esta labor se multiplica cuando escribes histórica, pero incluso en las épocas más actuales es necesario un trabajo de investigación previo que hará que nuestro libro sea lo más completo posible.
Así que... ¡Empecemos por el principio! Osease, los nombres. Una vez que ya has decidido el país en el que se situará tu obra, deberías cerciorarte de que los personajes adopten nombres del país.
Pero claro, no todos sabemos ruso, japonés o suajili, no problem! Nuestro amigo Google nos ayudará. En la web hay un extenso listado de buscadores de nombres, así que os daré los links de los que más utilizo yo.
~Mujer Terra.
~Baby Center.
~Todo papás.
~Orígenes de nombres.
Básicamente, introduces el país de procedencia del nombre y el sexo de tu personaje y te salen varias opciones para elegir. Algunos, tan majos ellos, incluso incluyen el significado del nombre en concreto (especialmente con los asiáticos, que ahora está muy de moda llamar a tu hijo Wei Li porque significa Vida Eterna, etecé, etecé, etecé).
Aunque claro, hay algunos nombres que tienen truco y muchas veces no se dan cuenta ni autores consagrados. Por ejemplo, rara vez veo los nombres rusos escritos correctamente. Ahora os preguntaréis desde cuándo me he vuelto tan puntillosa, pero es que soy una rusófila redomada y me hace mucha gracia encontrar, por ejemplo, Dimitri en vez de Dmitry o un Aleksandr convertido en Alexander... que sí, que soy una pesada, pero este no es el problema.
El apellido de las mujeres rusas siempre termina en a. Vamos, que si el apellido de tu padre o tu marido es Gorvachov (sin segundas políticas, que hoy ando muy espesa y no se me ocurre ningún otro), el tuyo sería Gorvachova. Algo parecido ocurre con el patronímico, lo que viene a ser un "hijo de..." y que constituye el segundo nombre de una persona. Todos lo tienen, tanto hombres como mujeres. Consiste en el nombre del padre más el sufijo -evich (para chicos) o -evna (para chicas). En otras palabras, si el padre se llama Mijail (para continuar con el ejemplo de Gorvachov), el patronímico del hijo sería Mijailevich y el de la hija Mijailevna.
Pero ahora olvidémonos de los nombres (no quiero pasarme horas divagando sobre ellos, que ya tengo bastante con memorizarme seis hojas de toponimia latina) y pasemos a la documentación en general. Este proceso no debería llevar menos de una semana, aunque la duración evidentemente puede estenderse en el tiempo en función de lo documentada que deba estar una obra. No debemos limitarnos a una sola página, y menos en el caso de las novelas históricas, ya que todo es muy interpretable. Yo misma, hace poco, estuve documentándome sobre la vida en la Unión Soviética (¿Qué me pasa a mí hoy con Europa del Este?) y me encontré de todo. Desde detractores diciendo horrores de ella hasta nostálgicos que la ensalzaban. En situaciones parecidas, lo mejor es recurrir a testimonios de personas que lo hayan vivido. Evidentemente, te encuentras que ni era el infierno ni el paraíso, sino un término medio, como casi todo.
Estos testimonios son también muy valiosos con experiencias como guerras, violaciones, enfermedades... a veces es más difícil y otras menos ponerse en la piel del personaje, pero siempre tendrás una ayuda extra al contar con el relato de alguien que lo ha vivido en sus propias carnes.
Otro truquito a la hora de documentarse es no cortarse un pelo a la hora de buscar información en el idioma original. En otras palabras, si quiero saber algo más sobre el Holocausto en Hungría, es muy útil utilizar el traductor (la mayor parte de las veces horrible) y sacar algo en limpio.
Recordad también echar un vistazo a las distintas culturas, religiones, estilos de vida... mientras escribimos debemos olvidarnos de que somos ciudadanos occidentales e intentar ver el mundo con los ojos con los que lo haría nuestro personaje.
Por último, pero no menos importante, os dejo un enlace del foro de Laura Gallego en el que los miembros se ayudan con la información. Ya sabéis, comentáis cuál es vuestro problema y los foreros intentarán ayudaros en la medida de lo posible.

miércoles, 18 de abril de 2012

Miércoles musicales (1)


Hoy estrenamos sección con esta maravillosa canción (Francis) de mi artista preferida, Coeur de Pirate.

Coeur de Pirate (Corazón de Pirata) es el nombre artístico de Béatrice Martin, una cantante canadiense de 22 años. Ella, además de ser solista, toca el piano y escribe las letras de sus singles. Su primer disco, de nombre homónimo y al que pertenece esta pieza, salió a la venta en 2008. El año pasado publicó su segundo trabajo, Blonde, cuyo título alude al color de su pelo (rubio) y al argot de Quebec, en el que cobra el significado de 'novia'. Blonde alcanzó el número 1 de las listas de Canadá, el 2 de la Bélgica francófona y el 5 de Francia. Asimismo, fue nominado para el Álbum francófono del año en los Premio Juno del 2012.

¿Por qué me gusta tanto? Muy fácil. En primer lugar, seamos sinceros, que los franceses no ganen nada desde que la Torre Eiffel era un andamio no quiere decir que su idioma no sea el más bonito. Si alguien te dice je t'aime, idependientemente de quién sea, te enamoras. Y lo sé por experiencia propia.
En segundo lugar, su mezcla de indie y pop, junto con su voz dulce hacen de sus canciones algo mágico que te lleva a viajar con la mente.

Decididamente, Coeur de Pirate permanecerá en todas mis listas de reproducción durante mucho tiempo. Aparte de Francis, os recomiendo Place de la République, Golden Baby (que dio nombre a mi tumblr), Printemps y C'était salement romantique.

lunes, 16 de abril de 2012

All day and all night


Bajamos la calle medianamente rápido hasta llegar al tramo de la carretera en el que se cruza la línea del tranvía. Ninguno de los dos había dicho nada durante todo el trayecto. Pronto aprendí que Fred bien podía ser la persona más abierta del mundo, bien la más callada. No estaba segura de si él se daba cuenta de esto, pero lo cierto es que transmitía cierta contrariedad en todo lo que hacía. Una nunca podía estar segura de cuáles serían sus sentimientos o el modo en el que respondería a ciertas situaciones.
-Mira,ya viene por ahí- comenté, señalándolo. Estaba al final de la avenida, acercándose a nosotros a toda velocidad. Hice ademán de apresurarme, pero Fred me lo impidió, agarrándome de la muñeca.
-Aun no. Está demasiado lejos.
Fred no rebajó la presión sobre mi mano. Cinco o seis segundos después, me la apretó con más intensidad y chilló.
-¡Ahora!
Tiró de mí con fuerza. El tranvía estaba a menos de diez metros de nosotros. Ladeando levemente la cabeza, pude ver su morro metálico a punto de abalanzarse sobre nuestros cuerpos.
-¡Esto es de locos!- bramé mientras corríamos, dando grandes zancadas. Yo no podía dejar de pensar en que de un momento a otro tropezaría con los cordones y acabaríamos bajo aquel coloso gris.
Noté el aire cortándose violentamente a la altura de mi oreja. Escuché un FFSSSSSS agudo y penetrante y alguien que gritaba <<¡Cuidado!>>.  Cerré los ojos. Fred volvió a tirar de mí. Todo mi cuerpo temblaba, el corazón me latía a trescientas pulsaciones por minuto.
Permanecí quieta y silencio durante varios segundos. Luego suspiré y dirigí la vista a mis zapatillas de deporte. Al girarme, pude observar cómo el vehículo se alejaba.
-Si te mueres- le dije a Fred-, le diré a tu madre que eres un suicida.
Continuó nuestro camino con una sonrisa de medio lado. Otra peculiaridad en él era que no enseñaba mucho los dientes, a pesar de que no eran considerablemente grandes. Sus labios siempre se curvaban al sonreír, pero nunca se separaban.
-Y si te mueres tú- me respondió limpiándose las gafas con la manga de su americana negra-, le diré a la tuya que fue un desafortunado accidente. Esas cosas pasan.

domingo, 15 de abril de 2012

Ebook

Hace un par de meses, la escritora Danna Gatica propuso la realización de un ebook con relatos de varias autoras.
Yo participé con mi historia Acuarela naranja, cuya sinopsis podéis encontrar aquí.

Hoy, el ebook salió a la luz, y aunque aun no me ha dado tiempo a leerlo entero, se nota que el nivel es muy alto.

Por si os habéis quedado con la curiosidad, podéis leer todos los relatos en este enlace (Acuarela naranja está en la página 35).

¡Nos leemos! (:

One thing


Thomas Sabatier

De Niza



Muro

 

Chloé Donnefort

Cariño, hoy he mirado a mi izquierda en clase y tú no estabas. Sé que ha pasado mucho tiempo, muchos días sin ti, incluso nos han pasado a todos de curso (¡Hasta a Laurent!), pero sigue siendo raro girarme y no ver tu sonrisa de medio lado.

Ahora me siento sola sin poder agarrar tu mano ni besarte en esa mejilla afeitada que siempre rascaba un poco. Laurent y Sushie siguen a mi lado, pero nos falta alguien. Nos faltas tú y nunca vienes.

Hoy harías diecisiete añitos y seguramente estarías pensando cómo celebrarlo, invitándonos a todos a tu casa…

¿Sabes? Aquí los días pasan muy rápido y nadie se ha olvidado de ti porque… ¿Cómo olvidar esos ojos negros que parecían estrellitas?

Y es que esta semana no he parado de recordar ese día que fuimos a la playa después de clase, ¿tú te acuerdas? El cielo estaba naranja, muy naranja, parecía como pintado de acuarela… muy despacio me besaste. Después de eso no volvimos a hablar del tema y ahora ya no podremos hacerlo nunca.

He pasado más de 365 días sin ti, sin mi mejor amigo, sin que me dijeras que de pelirroja estaba mucho mejor, sin que te metieras conmigo, sin que escuchásemos música juntos en el bus… ojalá estuvieras aquí. Ojalá pudiera volver a verte y muy suavito, muy suavito, decirte que te quiero más que a nadie.

16 de diciembre a la(s) 21:18

A Laurent Peroux le gusta esto.


Acuarela naranja

sábado, 14 de abril de 2012

Things that make me happy

Sueño, sueño con la segunda vez que vi a Ilaria, dos semanas después de habernos conocido.

Yo estaba tocando en la calle. Unos meses atrás había comenzado a hacerlo y al recoger la funda de la guitarra siempre encontraba unas cuantas monedas que, como mínimo, me pagaban el vicio del tabaco.

Look at that

Here she comes

Here comes that girl again

One of the cutest since I don’t know when

But she don’t notice me when I pass

She goes with all the boys from outta my class

But that can’t stop me from thinkin’ to myself

She’s sure fine lookin’, man, she’s something else

Entonces la vi. Aquel día llevaba una sudadera verde de Abercrombie, zapatillas Converse a juego, vaqueros grises y el pelo recogido en dos trenzas.

Silbé fuerte para que me viera, pero ni se giró. Probablemente eso significaba que realmente sabía que yo estaba allí. Por otra parte, no pasaba mucha gente por la calle y yo estaba empezando a aburrirme, así que no habría estado mal matar el tiempo de alguna manera…

-¡Eh! ¡Romana! ¡Carolina!- continuó caminando como si nada. Unas grandes gafas de aviador me impedían ver sus ojos, pero yo estaba seguro de que era ella- ¡Romana!

Se giró lentamente y, para cuando tuve claro que me estaba mirando, le guiñé el ojo izquierdo con una gran sonrisa.

-¡Tú otra vez!- exclamó acercándose. Su expresión reflejaba un extraño sentimiento entre la alarma y la curiosidad- ¿Qué quieres ahora?

-¡Qué grosera!- fingí ofenderme- ¡Aun encima que te dedico una canción!

-Eres un tonto- sentenció apartándose unos cuantos mechones de pelo de la cara.

-Puede, pero has venido hasta aquí para comprobarlo por ti misma.

Ella se dio la vuelta y miró a un lado y a otro. Parecía que le diera vergüenza que la vieran a mi lado.

-Por cierto, no me llamo Carolina- profirió al fin.

-¿Ah, no? ¿Cómo, entonces? ¿Babi, Nikki?

-Ilaria. Mis padres no comparten gustos con Moccia.

-Encantado, Ilaria- le tendí la mano. Ella tardó un poco en estrechármela, como si tuviera miedo de que fuera a gastarle algún tipo de broma pesada-. Yo tampoco me llamo gilipollas, sino Paolo.

-Tanto gusto- sonrió asintiendo con la cabeza-. Ahora que hemos asentado las bases de nuestra amistad… ¿Puedo irme?

Me encogí de hombros.

-Yo pensaba invitarte a tomar un café, pero…

Alzó las cejas con sorpresa. ¿No se esperaba tanta generosidad por mi parte?  

-No, no, creo que voy a pasar…- negó dándose la vuelta de un saltito. Unas cuantas señoras que pasaban se quedaron mirando la escena con una mezcla de inquisición y marujeo.

-¡Hasta otra!- la despedí, y antes de que se alejara lo suficiente como para no poder escucharme, empecé a cantar- O Sole, O Sole mio… sta nfronte a te… sta nfronte a te…

Se paró justo donde se había quedado para luego dirigirse a mí con una nueva sonrisa grande y burlona.

-¿Sabes qué? Creo que sí voy a aceptar ese café, aunque solo sea para librar a los pobres transeúntes de tus canciones anticuadas.

Me reí guardando la guitarra en su funda y las monedas en el bolsillo derecho de mis vaqueros.

-Luceno’e llastre d’a fenesta toia…- continué haciendo gestos con la cara.

Acabamos sentándonos en la primera cafetería que encontramos. Aun era temprano, el Sol nos iluminaba consiguiendo clarear nuestros cabellos y nuestros ojos, proyectando extrañas sombras sobre nuestros cuerpos al pasar por debajo de algún árbol especialmente frondoso.

-Creía que no tomabas en serio a los lectores de Moccia- dejó caer una vez nos hubimos sentado.

-No me malinterpretes- le respondí apoyando la guitarra contra la mesa para que no se me cayera-, no os tomo en serio. Claro que eso no es razón para que no tomemos un café juntos. Pero… ¿No era yo un gilipollas?

-No me malinterpretes- me imitó mordiéndose el labio inferior-, lo eres. Claro que eso no es razón para que no acepte un café… además, eres la primera persona aquí con la que intercambio más de dos frases, así que no tenía mucho donde elegir… erais tú o el quiosquero.


Desde mi lugar favorito

viernes, 13 de abril de 2012

Say it out loud

-Eres muy fuerte, Polly- afirma resoplando para apartar un grasiento mechón de pelo que se le mete en los ojos-. Joder, eres tan fuerte que me das miedo. ¿Y dices que no debería desear ser como tú?

Baja los párpados. Me acaricia la mejilla con la mano. El tacto rugoso de su piel eriza los pelillos de mi nuca. Una persona fuerte no se comportaría así.

Acerca sus labios a los míos. Siento su cuerpo muy cerca, su respiración muy cerca. Lo huelo, analizo todas las imperfecciones de su rostro. No hacemos nada. Nos quedamos muy juntos, nariz contra nariz, inspirando las exhalaciones de cada uno. Las lágrimas recorren mis ojos, las lágrimas recorren sus ojos. Esto no debería ser así. Nada debería ser así.

-Dame una oportunidad para resistir- me pide con la voz rota-. Un momento, un segundo y dejaré de ser un cobarde. Un momento, un segundo y estaré preparado para morir. Solo dame una oportunidad…

No me muevo, estoy estática a excepción de los escalofríos que manejan mi cuerpo como una marioneta. Aun perdidos en medio de la nada, no hay escapatoria. Moriremos de todos modos.


Los amantes del ferrocarril

martes, 10 de abril de 2012

I'm a writer ! (1): Los esquemas

Una buena novela está formada por un 80% de planificación y un 20% de improvisación, y aunque todo el mundo sabe que la mayoría de todos esos felices de la vida que se dedican a utilizar porcentajes los inventan, en este caso tiene algo de realidad.

Si estás leyendo esto, deduzco que tú eres un escritor. Ergo, alguna vez habrás escrito algo (valga la redundancia) y sabrás a lo que me refiero cuando digo que un libro nace de una explosión. Sí, es verdad, como el Big Bang que dio lugar al Universo (a no ser que la Teoría M haya cobrado más importancia de la que me creía). En primer lugar aparece esa esencia, la idea primordial de la que tratará la obra; o tal vez ese protagonista que te pide a gritos que trabajes su historia.
A partir de ahí, comienza la lluvia de ideas que constituirá el conjunto de la obra. Durante este proceso, irán apareciendo escenas inconexas (a mí, por ejemplo, las primeras que me vienen son las del principio, el final y los besos; no me preguntéis por qué). Este sería un buen momento para hacer un buen esquema de lo que será más adelante tu manuscrito.

A estas alturas de la película, lo más importante es contestar a las 6 W's (ajá, como en las noticias de un periódico):

  • What (qué) y how (cómo): la trama.
  • Who (quién): los personajes.
  • When (cuándo) y where (dónde): el marco espaciotemporal.
  • Why (por qué).
Es un error muy común entre los noveles (y creo que yo lo hacía hasta la saciedad) no prestarle mucha atención a esta última cuestión, cuando es igual que precisa que las demás. Las novelas no son como la vida real, donde todo es bastante... ¿Aleatorio? Pues sí, para nuestra desgracia. En cambio, entre las páginas todo ocurre por una razón. Si al personaje X le roban la cartera, este hecho debe tener continuidad en la trama. En el caso de que quede únicamente como algo anecdótico, uno debería preguntarse si esto no será en realidad un episodio intrascendente que es necesario eliminar. No se trata de llenar páginas y páginas con acciones que no se relacionan, sino de escribir un conjunto, como un bloque donde nada falte ni sobre.

Después de tener claro este primer esquema, pasaremos a la documentación, y esto en cada obra es diferente. Hay algunas que por su ser necesitan estar muy documentadas (como es el caso de las históricas), y otras que no tanto. Lo que yo hago es crear una carpeta con el nombre de la novela y dentro de ella abrir otra más donde guardo todo el trabajo de investigación que he hecho.

Cuando ya esté todo seguro, será la hora de hacer el esquema "definitivo", y lo pongo entre comillas porque siempre se le van añadiendo cosas.
En este esquema se apuntará todo lo que aparezca después en el manuscrito (incluyendo algunas conversaciones importantes). Un consejo que os doy es no dividir en capítulos desde un principio, ya que la novela os irá pidiendo cómo se estructurará a medida que vayáis trabajando en ella. En cambio, podéis anotar las acciones que se llevarán a cabo para luego ordenarlas. Os pongo el ejemplo de uno de los muchos esquemas de Bienvenido, cielo gris.


Como podéis ver, en la primera tengo el índice de acontecimientos (completado con los números en los que irán dispuestos cronológicamente) y un par de detallitos no tan importantes que pueden ir colocados más al tuntún (a medida que los escribo, los voy tachando, como podéis ver). En la segunda están algunas frases y conversaciones y en la hoja doblada algunos apuntamientos más.

Sé que de buenas a primeras todo esto de los esquemas puede parecer un tostón y una gilipollez (básicamente, yo estuve pensando así durante mucho tiempo), pero creedme: sirven y para mucho. ¿Alguna vez os ha pasado que os habéis quedado en blanco mientras escribíais? No voy a deciros que los esquemas solucionen este problema al 100% (aunque ya os he contado que esto de las estadísticas...), pero sí lo solucionan en buena medida.

En fin, ¡nos leemos! (:

Cobalt blue

Luchar no es una elección, de eso se trata la vida.

***
 Un milagro es algo en lo que todo el mundo secretamente cree, pero nunca espera para sí mismo.

***
Morir es un largo viaje muy lejos desde tu lugar favorito. No tienes ni idea de lo que te encontrarás al final; solo puedes enfrentarte a ello con esperanza.

Desde mi lugar favorito 

lunes, 9 de abril de 2012

Color blind

En medio de un silencio ensordecedor, Fred se puso de puntillas ante la estantería en la que su madre almacenaba sus libros y algún que otro jarroncito de estilo victoriano y alargó la mano para coger una caja de cartón en lo más alto. Al verla más de cerca, comprobé que en su día había almacenado unas botellas de Pepsi que databan de 1982.


Arrugué la nariz. Fred separó las solapas de la caja y sacó de ella dos discos de vinilo.


-¿Prince o Elton John?- me preguntó, tendiéndomelos.
Elton John nunca me ha gustado demasiado, así que me decanté por Prince.


-¿Prince?- se sorprendió el muchacho, colocándome el vinilo sobre las palmas de las manos abiertas- Siempre creí que le tendrías más rabia a Elton John.
Sus palabras no habrían tenido ningún sentido si él no hubiese sacado sus llaves del bolsillo para, acto seguido, rallar con ellas la superficie del disco de Elton John.


-¿¡Pero qué haces!?- le grité- ¿Tú no sabes que eso vale una fortuna?
Chascó la lengua. Una sonrisa de medio lado se dibujaba en su rostro, que ya había adquirido su bronceado natural.
-Lo he comprobado- me aseguró-. Ni cincuenta libras en eBay- lo miré con los ojos desorbitados. Él siguió dibujando zetas en el brillante y negro vinilo de Elton John-. Vamos, rómpelo. Es Prince. Hazlo por los trajes horteras y los peinados estrafalarios.
Acaricié el disco con mis dedos. Me pregunté si mi madre habría tenido un tocadiscos también, si habría escuchado singles de Mecano y de Nacha Pop en él. Luego recordé lo poco que la conocía en realidad, lo poco que me había esforzado por hacerlo mientras ella estaba viva y lo poco que me habría importado si su corazón no se hubiese parado.


La orden de mi cerebro llegó a mi brazo mucho antes de haber podido reflexionar sobre ello. Estiré la mano como un resorte, cogí las llaves que Fred sostenía entre sus dedos y las pasé sobre el vinilo. Primero suavemente, luego con más intensidad. Recordé un día en el que me había sentido tan abatida que había intentado rasgarme el antebrazo. Había sido cobarde hasta para eso, pero ya no me importaba. Sujetando con fuerza la llave que abría la verja de entrada, escribí firmemente sobre el disco: <<Todos somos uno>>. Se lo traduje a Fred.

Bienvenido, cielo gris

domingo, 8 de abril de 2012

Soul meets body

Era una mañana de vainilla. Las mañanas de vainilla, toda la casa olía a esta especia y el mundo entero parecía teñirse de dorado, azul y blanco.
Muchas veces Camille estaba sola, a excepción de los enormes gatos de cerámica de su madre. Su madre era una gran amante de los gatos de cerámica en particular y de los mininos en general. Los Blind no eran una familia al uso. La señora Blind llevaba un pequeño hostal en la línea de la costa de Ramsgate, al sur de Inglaterra. Daba tan pocas ganancias que, de no haber sido por la deliciosa cafetería del piso inferior, se habría ido a pique hace ya mucho tiempo.
Camille compartía habitación con sus hermanas, Angelika y Oksana. Lo cierto es que las tres se avergonzaban de sus nombres. Para el mundo eran Angie, Callit y Okey. Margaret Blind se había valido del siguiente sistema para nombrar a sus hijas: Angelika era un nombre alemán, por lo que esperaba que su hija fuese trabajadora y tenaz; Camille, voz francesa, debía ser romántica y sofisticada; Oksana, la rusa, poética y luchadora. Menos con Angelika, se había equivocado de cabo a rabo.
Sus vecinos se referían a ellas como la rara, la enferma y la mona. Hacía ya tiempo que a Angie le habían quitado los aparatos y ahora llevaba lentillas (como si a una se la pudiera llamar rara únicamente por eso), Callit había superado el cáncer dos años atrás y Okey ya era lo suficientemente mayor como para permitir que la vistiesen con vestidos rosas y lacitos, pero los prejuicios de las personas son inamovibles.
Del padre no se hablaba nunca. Se había marchado mucho tiempo atrás, cuando las chicas Blind aun vivían en Birmingham, y pronunciar su nombre era sinónimo de malas caras y bufidos de gato.
Realmente, la familia Blind no era una familia al uso.

Corazón de mariposa