viernes, 13 de abril de 2012

Say it out loud

-Eres muy fuerte, Polly- afirma resoplando para apartar un grasiento mechón de pelo que se le mete en los ojos-. Joder, eres tan fuerte que me das miedo. ¿Y dices que no debería desear ser como tú?

Baja los párpados. Me acaricia la mejilla con la mano. El tacto rugoso de su piel eriza los pelillos de mi nuca. Una persona fuerte no se comportaría así.

Acerca sus labios a los míos. Siento su cuerpo muy cerca, su respiración muy cerca. Lo huelo, analizo todas las imperfecciones de su rostro. No hacemos nada. Nos quedamos muy juntos, nariz contra nariz, inspirando las exhalaciones de cada uno. Las lágrimas recorren mis ojos, las lágrimas recorren sus ojos. Esto no debería ser así. Nada debería ser así.

-Dame una oportunidad para resistir- me pide con la voz rota-. Un momento, un segundo y dejaré de ser un cobarde. Un momento, un segundo y estaré preparado para morir. Solo dame una oportunidad…

No me muevo, estoy estática a excepción de los escalofríos que manejan mi cuerpo como una marioneta. Aun perdidos en medio de la nada, no hay escapatoria. Moriremos de todos modos.


Los amantes del ferrocarril

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